Los refugios para migrantes en Tijuana, ubicados al otro lado de la frontera con San Diego, California, se están preparando para una posible ola de migrantes si el presidente de EE. UU., Donald Trump, lleva a cabo su plan de deportaciones masivas.
Más de 30 refugios operan en la ciudad fronteriza mexicana, situada en el estado noroccidental de Baja California, según autoridades locales. Trabajadores humanitarios con los que CNN conversó dijeron que la falta de espacio, recursos y la incertidumbre generalizada son algunos de los problemas que enfrentan los refugios.
La directora del refugio Jardin de las Mariposas, C. Jamie Marín, dijo a CNN que existe preocupación de que las posibles deportaciones masivas de Trump puedan desencadenar una crisis humanitaria relacionada con los servicios tanto para los migrantes que intentan llegar a Estados Unidos como para los que ya han sido deportados. “Hay nerviosismo colectivo… sobre las decisiones tomadas por la administración de Trump”, comentó Marín.
“El mayor desafío (para los refugios) es no saber qué va a pasar, me estoy preparando mentalmente”, dijo Pat Murphy, quien dirige el refugio Casa del Migrante, a CNN la semana pasada, antes de la inauguración de Trump.
Sus preocupaciones provienen de la promesa de Trump de realizar deportaciones masivas una vez que asuma el cargo.
Durante su discurso inaugural el lunes, Trump reiteró su promesa. “Comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de alienígenas criminales a los lugares de los que vinieron”, dijo desde el Capitolio de EE. UU.
Preparándose para la posible llegada masiva de migrantes a la ciudad, las autoridades de Tijuana declararon un estado de emergencia la semana pasada.
El estado de emergencia es una medida administrativa que permite a la ciudad acceder a fondos para alquilar espacios, pagar por servicios legales, personal, equipos y suministros, según un comunicado de la ciudad compartido con CNN.
Sin embargo, el alcalde de la ciudad, Ismael Burgueño Ruiz, dijo la semana pasada que Tijuana “no está alarmada” y calificó la medida de “preventiva” en caso de que Trump “realmente haga lo que dice que va a hacer.” Burgueño afirmó que la ciudad ha preparado espacios por si se da un aumento en la llegada de deportados.
“No se trata solo de proporcionar una cama” Sin embargo, Murphy, quien ha sido director de Casa del Migrante desde 2013, dice que el espacio no es el único problema. “Hay que cuidarles, ¿quién va a organizar programas y entrenamientos para los migrantes?”, dijo Murphy, añadiendo que cree que las autoridades locales deben trabajar más de cerca con los refugios para mitigar cualquier crisis potencial.
Otros trabajadores humanitarios están de acuerdo. “No se trata solo de proporcionar una cama y algo de comida, tenemos que crear un espacio para ayudar a las personas psicológica y espiritualmente,” dijo Albertina Pauletti del refugio Madre Assunta a CNN.
Marín señaló que los refugios necesitan “más recursos económicos para la comida, servicios médicos integrales” para ayudar con “programas de retorno voluntario a los lugares de origen, más programas donde se promueva la integración y la dignidad a través del empleo, más atención específica para personas de la diversidad sexual, [y] más servicios de salud mental.”
No está claro cuántos migrantes se encuentran actualmente en Tijuana. Los datos del gobierno muestran que entre enero y agosto de 2024, más de 30,000 migrantes estuvieron en la ciudad en algún momento. CNN ha contactado a las autoridades mexicanas para obtener comentarios.
El gobierno federal mexicano también se está preparando para la posible afluencia de migrantes al anunciar la creación de nuevos refugios en pueblos fronterizos y “atender caravanas.”
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo el 3 de enero que muchos migrantes decidieron regresar a su país de origen “mientras caminaban,” según informó CNN previamente.
Frente a la creciente incertidumbre, los refugios siguen comprometidos con su misión.
“Con las posibles deportaciones masivas, estamos trabajando en proyectos para ayudar a estas personas psicológica y espiritualmente y para aquellos que quieren ser parte de la comunidad de Tijuana, aquellos que no quieren regresar a su lugar de origen,” dijo Pauletti.