Casi 17 años después de ser robada de una iglesia en un pequeño pueblo del estado de Hidalgo, una estatua de madera policromada de Santa Rosa de Lima, con hojas de oro, ha sido repatriada a México por autoridades de EE. UU.
En una ceremonia celebrada el miércoles 11 de diciembre en el Museo del Templo Mayor de Ciudad de México, Ken Salazar, embajador de EE. UU. en México, afirmó: “Lo que se roba debe ser devuelto. La historia, el patrimonio y la grandeza de México pertenecen aquí”. Además de la estatua colonial de Santa Rosa de Lima, que mide aproximadamente un metro de altura, también fueron repatriados seis pequeños artefactos prehispánicos, los cuales permanecerán expuestos en el vestíbulo del museo por un tiempo indeterminado.
La estatua policromada de Santa Rosa de Lima fue robada de una iglesia en el pueblo de Epazoyucan (a unos 100 km al noreste de la Ciudad de México) el día antes de la víspera de Año Nuevo de 2007. Apareció casi una década después en EE. UU., cuando fue puesta a la venta en la galería Peyton Wright de Santa Fe, Nuevo México. Tras la alerta de las autoridades mexicanas, la galería entregó la pieza a agentes del Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU.
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En ese momento, los representantes de la galería Peyton Wright informaron al Santa Fe New Mexican que el objeto había sido consignado por el antiguo dueño de una empresa local de almacenamiento de arte, quien lo encontró entre los artículos no reclamados cuando cerró su negocio. El ex propietario de la empresa de almacenamiento le dijo a Seguridad Nacional que había intentado en varias ocasiones ponerse en contacto con la persona que había traído la pieza para que la recogiera y pagara las tarifas vencidas, sin éxito. Finalmente, la consignó a la galería con la esperanza de recuperar parte de los pagos pendientes. No se conocen públicamente las circunstancias del robo de la estatua ni de su traslado a través de la frontera entre México y EE. UU.
No está claro por qué la escultura tardó más de siete años en ser repatriada. La estatua parece haber sufrido algunos daños durante ese tiempo: la figura del niño Jesús que Santa Rosa de Lima sostiene parece haber perdido su brazo derecho en el intervalo, aunque en las fotografías que acompañaron los reportes sobre la incautación de la escultura en 2017, ambos brazos del niño estaban presentes.
Hasta el momento de la publicación, un portavoz del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México no había respondido a preguntas sobre el destino final de la estatua ni si se someterá a trabajos de restauración.